Por todos son conocidos los efectos devastadores que produjo el tsunami acontecido en 2004. Pues bien, en Chile, y después de que ocurriera el terremoto, se desató un tsunami que obligó a miles de personas a trasladarse de sus localidades como medida de protección. Pero antes de analizar el tsunami de Chile, me parece oportuno hacer un breve resumen de lo que realmente significa este fenómeno. No se trata de una ola sino de una serie de ellas que se producen en una masa de agua al ser empujada con violencia por una fuerza con desplazamiento vertical. Técnicamente es un disturbio producido en el mar por un fenómeno que impulsa y desplaza verticalmente una columna de agua produciendo un desequilibrio de niveles que se manifiesta en un tren de ondas largas propagadas a mucha velocidad, que al llegar a costas de islas o continentales infieren una tremenda devastación, introduciéndose muchos metros, incluso kilómetros dentro del territorio. Muchos confunden los tsunamis con los maremotos, pero cabe destacar la multitud de causas que pueden desencadenar el fenómeno. Causas entre las que citamos: las erupciones volcánicas, los desplazamientos de lava hacia el mar, el choque de meteoritos contra las aguas, derrumbes costeros, desprendimientos glaciares e incluso explosiones de gran magnitud (pruebas nucleares). Los tsunamis producen dos clases de daños: la inundación y anegamiento de vastos territorios adentrados a la costa y el socavamiento que puede perdurar por años.
La proximidad con la costa, así como la localización submarina del epicentro, produjeron una buena e importantísima parte de las consecuencias que fueron ocasionadas por el tsunami que se desencadenó tras el movimiento sísmico de Chile. Las costas chilenas fueron invadidas por grandes masas de agua en pocos minutos. La intrusión del mar en la costa varió según las zonas. No obstante, se estima que se produjeron olas de más de veinte metros. El tsunami se expandió por zonas del Pacífico Sur, siendo una de las zonas más afectadas el Chile insular. En el archipiélago de Juan Fernández las olas ingresaron más de trescientos metros en el pueblo. El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico generó una alerta para la zona de costa del océano Pacífico. Los efectos, afortunadamente, han sido menores a los que en un principio se esperaban; aún así, el total de países alertados fue de 53.
El terremoto desatado llegó a las islas de Japón. La Agencia Meteorológica registró en el norte del país una ola con altura de noventa centímetros, aunque cabe destacar la ausencia de daños. En su paso por el Pacífico el tsunami ha impactado a zonas como Hawai. La alerta ha sido desactivada, excepto para países como Rusia y Japón, aunque algunos otros mantienen la precaución. En un principio el tsunami hizo pensar en olas como las que se sucedieron en el océano Índico en diciembre de 2004 y que mataron a 230000 personas, pero a diferencia de lo que ocurrió entonces, ahora ha habido tiempo para prevenir daños y para diagnosticar el estado del mar, diagnóstico que se ha realizado sobrevalorando las estimaciones.