Grande es la repercusión que suscita la exposición de contenidos violentos en los medios de comunicación de masas.
Los medios de comunicación, en su conjunto, constituyen herramientas de socialización para la población usuaria de los mismos. La prensa, la televisión, la radio, los videojuegos… están dirigidos hacia una audiencia dispersa, anónima y muy amplia. Al mismo tiempo es importante señalar la heterogeneidad de ese público, ya que los individuos que componen la audiencia pertenecen a estratos sociales diferentes. La masa es homogénea en cuanto a la conducta que tienen los usuarios de elegir ese tipo de medio de comunicación.
La investigación sobre los medios ha corroborado los efectos notables e insidiosos de los medios de comunicación, manifestados en la vida diaria por comportamientos agresivos, miedos e incitación a la violencia. (Dra. Marianella Herrera).
En Estados Unidos, por ejemplo, la violencia televisiva se ha catalogado como un problema de salud pública. Tras de realización de diversas encuestas se manifestó la preocupación que sienten los estadounidenses porque la televisión vuelve atractiva los contenidos violentos
Huesmann y Eron, en un estudio, advirtieron que la cantidad de programación violenta recibida por niños de aproximadamente 8 años tenía relación directa con el comportamiento agresivo a los 19 años y a los 30 años de edad por lo que concluyeron que “los hábitos agresivos al parecer se aprenden desde fecha temprana en la vida, y una vez arraigados no cambian con facilidad, y predicen un comportamiento antisocial grave del adulto. Si la observación de la violencia de los medios de comunicación por parte de un niño estimula el aprendizaje de hábitos agresivos tendrá consecuencias dañinas permanentes”.
A pesar de ello, los medios de comunicación también presentan efectos positivos en la conducta de la audiencia, subrayando el desarrollo de las capacidades intelectuales y la expansión de la conciencia social y política.
Los medios de comunicación, en su conjunto, constituyen herramientas de socialización para la población usuaria de los mismos. La prensa, la televisión, la radio, los videojuegos… están dirigidos hacia una audiencia dispersa, anónima y muy amplia. Al mismo tiempo es importante señalar la heterogeneidad de ese público, ya que los individuos que componen la audiencia pertenecen a estratos sociales diferentes. La masa es homogénea en cuanto a la conducta que tienen los usuarios de elegir ese tipo de medio de comunicación.
La investigación sobre los medios ha corroborado los efectos notables e insidiosos de los medios de comunicación, manifestados en la vida diaria por comportamientos agresivos, miedos e incitación a la violencia. (Dra. Marianella Herrera).
En Estados Unidos, por ejemplo, la violencia televisiva se ha catalogado como un problema de salud pública. Tras de realización de diversas encuestas se manifestó la preocupación que sienten los estadounidenses porque la televisión vuelve atractiva los contenidos violentos
Huesmann y Eron, en un estudio, advirtieron que la cantidad de programación violenta recibida por niños de aproximadamente 8 años tenía relación directa con el comportamiento agresivo a los 19 años y a los 30 años de edad por lo que concluyeron que “los hábitos agresivos al parecer se aprenden desde fecha temprana en la vida, y una vez arraigados no cambian con facilidad, y predicen un comportamiento antisocial grave del adulto. Si la observación de la violencia de los medios de comunicación por parte de un niño estimula el aprendizaje de hábitos agresivos tendrá consecuencias dañinas permanentes”.
A pesar de ello, los medios de comunicación también presentan efectos positivos en la conducta de la audiencia, subrayando el desarrollo de las capacidades intelectuales y la expansión de la conciencia social y política.
No hay comentarios:
Publicar un comentario